Todos somos relativamente inconscientes, con un conocimiento imperfecto de lo que ocurre en nosotros, ajenos a nuestros sentimientos, desentendidos de nuestros pensamientos, ni siquiera conscientes de nuestros propios cuerpos; es por eso que a todos nos vendría bastante bien estar más atentos a lo que vivenciamos.
Tal como existe en todos nosotros un deseo de no saber (e.g., resistencias), así también podemos todos beneficiarnos dirigiendo la mirada hacia nuestro interior. En los primeros años de nuestras vidas percibimos que nuestro mundo vivencial no era compatible con los deseos de otros, y aprendimos a desconocerlo; y desde un importante punto de vista, la psicoterapia nos ofrece un espejo que nos sirve para ver lo que está ocurriendo, lo que sentimos, lo que deseamos, ayudándonos por ende a librarnos de la confusión.
Pag. 282. "Por una Gestalt VIVA"
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